Hace tiempo leímos
un artículo que nos resultó muy interesante en el pudimos aprender que los niños y bebés no se les debe limitar
a escuchar exclusivamente canciones de cuna, porque también tienen capacidad
para disfrutar y recordar música clásica u otros tipos. Escuchar distintos
tipos de música, les ayudará a aprenderla, a reconocerla y a disfrutarla.
Aunque se
recomienda que sean canciones con letras sencillas y repetitivas y que sirvan
para bailar. Sin embargo, no es conveniente restringir el acceso a la música al
niño, está comprobado que los bebés y los niños son muy receptivos a música
clásica de fácil estructura y de corta duración.
Podemos
encontrar varias posibilidades como: cantar al bebé, dar palmadas en sus manos
o enseñarle cómo puede dar el también palmadas. Esto le ayudará a aprender los
ritmos y la diferente cadencia de la música. El niño tiene que asociar la
música como una fuente de diversión.
En la mayor
parte de escuelas de música, los niños comienzan desde edades tempranas con la
iniciación musical. Aprenden a hacer ritmos con la voz o con partes del cuerpo,
aprenden cuándo una nota es alta o baja y, aprenden a escribir o a reconocer
las notas musicales mediante juegos.
A partir de
los 6 años, en la mayor parte de las escuelas de música suelen pasar de la
iniciación musical a la formación musical en la que el niño toma contacto con
el instrumento musical.
En este video podemos observar como un niño que apenas habla
y caminar, sabe bailar perfectamente.
Realizado por: Sara Martín Vázquez.